Podemos destacar de esta guía los siguientes puntos:
- Como es habitual de forma general los hombres se ven sometidos a unos índices de siniestralidad mayores que las mujeres, en concreto, las trabajadoras presentan un riesgo 0,44 veces menor de sufrir un accidente de trabajo que los trabajadores.
- Si bien en todos los tramos de edad los hombres tienen una tasa mayor (hasta 3 veces en el tramo de 16 a 24 años), esta tasa se va reduciendo con la edad, pensamos que por la experiencia fundamentalmente. Esto se ve reflejado igualmente en las tablas de distribución por antigüedad en el puesto de trabajo.
- En el sector de agricultura los índices de hombres y mujeres se aproximan hasta tener una diferencia menor del 18 %, consecuentemente los puestos de trabajo desarollados son muy similares en el caso de hombres y mujeres, frente a las grandes diferencias existentes en otros sectores como construcción.
Como comenzabamos este artículo, entendemos que estas tres ramas de actividad requieren un estudio pormenorizado de la evaluación de riesgos, teniendo en cuenta el diagnóstico de genero. Por ramas de actividad debemos destacar tres en las que la siniestraldidad laboral se acusa especialmente en las mujeres:
- Instituciones financieras y seguros, donde la tasa de incidencia es un 62 % mayor en las mujeres.
- Educación, donde la tasa es 32 % mayor en las mujeres.
- Actividades de saneamiento público, donde es un 70 % superior en las mujeres.
- En la tabla de «ocupación» o de cualificación profesional dentro de la empresa, podemos destacar que el índice de incidencia de las mujeres «profesionales de 2º y 3er ciclo univer.» (licenciadas, ingenieras y similar) es un 27 % superior al de los hombres, y el de las trabajadoras en servicios de seguridad es un 25 % superior.
- Por gravedad de los accidentes, los trabajadores presentan seis veces más riesgo de sufrir un accidente grave frente a las trabajadoras y más de veinte veces más riesgo de sufrir un accidente laboral con resultado de muerte que sus compañeras, lo que indica que no solo que los hombres se ven sometidos a más riesgos, sino que además los mismos son mucho más dañinos. Esta conclusión se confirma en cuanto que menos del 18 % de los accidentes que terminan en hospatibilización del accidentado eran mujeres.
- En el tipo de trabajo desarrollado, destaca que las mujeres son casi dos veces y media más propensas a tener accidentes cuando efectúan «actividades de servicios a empresas o a personas y trabajos intelectuales».
Podéis obtener vuestras propias conclusiones con la lectura de la guía.
Esperamos sinceramente que las conclusiones obtenidas de la lectura de esta guía sea tomada como la interpretación que este Gabinete da a unos números que de otra forma no hacen más que separar no a los hombres de las mujeres, sino a las personas de las estadísticas.
Contenidos elaborados con la financiación de:
IT-0047/2009 |