«Crear cultura de la prevención»
Francisco Javier Peinado Rodríguez
Secretario General de la CREEX
Ese es nuestro objetivo y nuestro reto. El de los empresarios, autónomos y emprendedores de la región y el de la propia Confederación Regional Empresarial Extremeña, CREEX, que, a través del Gabinete Técnico de Prevención de Riesgos Laborales, desarrolla una labor de asesoramiento técnico a las empresas de la región con el principal objetivo de reducir la accidentalidad. Un objetivo y un reto que hacemos extensible a toda la sociedad extremeña.
Bajo el lema “Trabajos saludables. Es bueno para ti, es bueno para todos”, celebramos estos días la Semana Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el mayor evento de sensibilización de este tipo, dedicado a mejorar la seguridad y la salud de los puestos de trabajo en Europa.
Y lo hacemos en un año, el 2013, significativo y muy importante para la Prevención de Riesgos Laborales, que cumplirá, el próximo 8 de noviembre, 18 años.
Impuesta por Europa, a través de directivas que el estado español debía ir adaptando a la legislación nacional, la Prevención de Riesgos Laborales tardó casi dos años en dar sus primeros pasos, con la regulación de los servicios de prevención o las disposiciones mínimas de seguridad y salud en el trabajo. Más tarde, se definieron cuales eran los objetivos y las tareas de cada uno en la consecución de los mismos.
Hoy en día, el interés por la prevención en las empresas es cada vez mayor, incrementándose cada año la demanda para recibir información y asesoramiento en esta materia, un hecho que quizás responda a una cada vez mayor concienciación social.
La Prevención de Riesgos Laborales se constituye como un elemento más de eficiencia, de medición y, por supuesto, de la Responsabilidad Social Empresarial. La Prevención de Riesgos laborales no es algo ajeno, es parte del todo, es parte integrante de la empresa que, bajo una gestión eficiente, permitirá mejorar la imagen de la empresa, incrementar la productividad de la misma y enriquecer la relación empresa-trabajador.
Se habla constantemente de los costes de la “No Prevención”, como son los daños personales (hospitales, médicos, lesiones…), materiales (roturas, reparaciones, sustitución de equipos…), costes por paradas de producción (momentáneas, para valoración, para toma de decisiones…) costes de sustitución (búsqueda, selección, horas extras…), costes de adaptación (al puesto, a la situación, a la productividad o eficacia requerida…) y los difícilmente cuantificables, pero muy importantes, costes afectivos. Además de las posibles sanciones administrativas, civiles y penales, y el recargo de prestaciones por incumplimientos del derecho a la protección frente a riesgos laborales entre otros.
Sin embargo, es tiempo de hablar y poner énfasis en las consecuencias positivas o beneficios que trae consigo una exitosa gestión de la Prevención de Riesgos Laborales; para el trabajador, como primer beneficiado, ya que evitar los riesgos repercute en una mejora de su salud física y mental y en el empresario, que ve como aumenta directamente la productividad, al disminuir el absentismo, mejora el clima laboral, afectando a una mejor imagen, evita conflictos y optimiza le correcto empleo de recursos productivos, entre otros aspectos.
Y es en este cambio, en el de erigir la Prevención de Riesgos Laborales como un proceso de mejora de la eficiencia de la empresa en el que nos encontramos involucrados los agentes sociales y económicos y las administraciones. Un trabajo conjunto que está dando como resultado unas políticas de repercusión alejadas de las habituales políticas “de sanciones por accidentes” y centradas en el refuerzo positivo como es el sistema de reducción de cotizaciones por contingencias profesionales, más conocido como sistema Bonus, que devuelve a las empresas, involucradas en la prevención activa, la inversión realizada, o parte de ella, en materia preventiva, siempre y cuando ésta no haya sido sancionada por infracciones graves o muy graves.
El actual contexto económico y social está demandando cambios y constituye una oportunidad para que las empresas apuesten por la competitividad y fomenten en ella valores como la mejora continua, la excelencia, o el trabajo de calidad y seguro, que les permitirá diferenciarse del resto.
Queda aún camino por recorrer, siguiendo con la labor de sensibilización e información, siendo necesaria la implantación e implementación de las medidas y programas puestos en marcha y fomentando que las empresas y la sociedad, en general, se conciencien de la cada vez más conocida “cultura de la prevención”.