La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el 1 de julio un nuevo informe sobre el impacto del estrés térmico, producido por el calentamiento global, en la productividad laboral. El calentamiento global hará que las condiciones meteorológicas extremas y con ello el estrés térmico, sean fenómenos habituales. Dando como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo y productividad.
Cuando hablamos de estrés térmico, nos referimos a un exceso de calor en el cuerpo que hace mermar sus capacidades fisiológicas. Esto provocará un aumento de los riesgos y la vulnerabilidad de los trabajadores. La respuesta al calentamiento global desde el ámbito laboral, debería abarcar: políticas y medidas de adaptación para la protección de los trabajadores, y un planteamiento general para mitigar el cambio climático.
El informe arroja dos previsiones:
“Se prevé que, en 2030, el estrés térmico induciría una reducción del 2,2 por ciento en el número total de horas de trabajo en el mundo y de 2,4 billones de dólares de los Estados Unidos en el PIB mundial”
“Se prevé que los trabajadores agrícolas y de la construcción sean los más perjudicados, con un 60 y un 19 por ciento, respectivamente, del total de las horas de trabajo perdidas por estrés térmico en 2030”
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