Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno, ya que son medicamentos biológicos que, aplicados a personas sanas, provocan la generación de defensas que actúan protegiéndolas ante futuros contactos con los agentes infecciosos. En el individuo vacunado habrá una disminución de la probabilidad de infección, de la duración de la enfermedad o de la probabilidad de desarrollar una enfermedad grave o mortal. Como consecuencia de la vacunación, existirá una reducción de la probabilidad de transmisión a terceros y la protección de la comunidad en la que viven las personas vacunadas.
La vacunación no es obligatoria en España, salvo por motivos de salud pública. Algunas personas dudan de la seguridad de las mismas o de su eficiencia, aunque la historia demuestra lo contrario, ya que rara vez se produce una reacción adversa a una vacuna. Una cobertura alta puede llegar a erradicar la enfermedad y evitar su propagación y el daño a personas susceptibles. Cuando nos vacunamos, cuidamos de nosotros y de los demás. Todas las personas deben tener actualizada la inmunización frente a tétanos. En el caso de viajeros frecuentes internacionales, se deben añadir otras vacunas. Ante cualquier viaje es conveniente preguntar en el servicio de prevención de la empresa cuáles son los consejos para evitar enfermedades en el lugar de destino, qué vacunas son recomendables y si es obligatoria alguna vacunación para entrar en el país. La consulta debe hacerse con entre cuatro y ocho semanas de antelación, ya que ciertas vacunas precisan de un tiempo para desarrollar el efecto protector. Si el viaje es de placer, es conveniente acudir al centro de vacunación Internacional que corresponda.
A nivel empresarial, los beneficios de la vacunación son los siguientes:
- En cuanto al trabajador, éste evitará enfermar y transmitir su enfermedad al resto de trabajadores de la empresa.
- La empresa conseguirá con la vacunación, cumplir con las obligaciones de la prevención de riesgos laborales, evitará ausencias masivas en épocas de epidemia y disminuir el absentismo.
- Para la sociedad, se podrían llegar a erradicar ciertas enfermedades y reducir las tasas de mortalidad, en enfermedades susceptibles de ser prevenidas mediante la vacunación. Igualmente reducen los costes de la seguridad social provocados por las propias enfermedades.
Es de suma importancia seguir el calendario de vacunaciones en la infancia aprobado por las autoridades sanitarias para evitar que los menores enfermen y que estas enfermedades se puedan propagar. Se ha comprobado que el incremento de la población no inmunizada aumenta el riesgo para la población en general y para las personas susceptibles. Por ejemplo, para erradicar el sarampión o la poliomielitis debemos conseguir que más del 95% de la población esté vacunada y que, además, esa cobertura se mantenga en el tiempo.